La luna creciente despierta las flores de su sueño con hechizos de orris púrpura. Las notas estimulantes del jazmín indio y el cardamomo vibrante invaden los sentidos, iluminando sus largos tallos y sus pétalos arqueados. La definida voz del cedro de Virginia comienza a revelar los secretos. Dulces notas de membrillo, como un beso en la oreja, susurran suavemente, creando una sinfonía olfativa. Con los primeros rayos de sol, se perciben las notas de la mandarina verde, perfumando todo el aire con una fragancia atrevida, tan intensa como su belleza, que nunca más será silenciada.